Rubén Villalba: preso político
Ayer, jueves 12 de febrero, concluyó el juicio oral del Caso Pindó, en el que fue acusado por la Fiscalía el dirigente campesino, Rubén Villalba. Un caso que, profanando tumbas en la desesperación, fue desempolvado tras varios años de prescripción legal, solamente para condenar a Rubén. Se lo acusa de un hecho ocurrido en 2008 durante una operación fiscal-policial ocurrido en la localidad de Pindó, población que se resistió a la fumigación con agrotóxicos en su territorio.
La causa hubiera podido tener una pena máxima de 3 años; el fiscal pidió 12: el tribunal lo condenó a 7 años de pena privativa de libertad.
El Caso Pindó demostró, una vez más, cómo la respuesta de la Justica paraguaya a un reclamo ciudadano, es la criminalización de la lucha. Se visibiliza la impunidad del aparato estatal en la violación de los derechos humanos en nuestro país, el derecho colectivo a la tierra, a la vida saludable, a la libertad de organización para defender la vida como valor fundamental garantizado por la propia Constitución Nacional.
El campesinado paraguayo, en la figura de Rubén Villalba, ha sido víctima nuevamente del Estado desde los habitáculos de la Justicia con el deliberado atropello a las garantías procesales y constitucionales.
Las mujeres campesinas e indígenas, solidarias con las causas populares, expresamos nuestro repudio ante estos hechos que se caracterizan por una gran indefensión de la persona humana ante el Estado y exigimos la anulación inmediata de este proceso indignante, que se constituye, además, en una suerte de antesala del montaje que se está creando sobre el Caso Curuguaty, donde Rubén Villalba también es víctima del sistema judicial, por parte de la mafia de los agentes de la in-justicia.
¡Ni un preso político más!