Manifiesto del #8MPy 2025
Juntas y organizadas ña defende ñande derecho, es la consigna con la que nos convocamos a la marcha de este año, vemos con impotencia la profundización de la precarización laboral que es la precarización de la vida misma y que impacta principalmente en la vida de nosotras, las mujeres.
Nosotras, mujeres de organizaciones del campo y la ciudad, mujeres autoconvocadas, campesinas, indígenas, comunicadoras, sindicalistas, docentes, periodistas, trabajadoras sexuales, mujeres con discapacidad, afrodescendientes, abogadas, lideresas de ollas populares, mujeres de partidos políticos, diseñadoras gráficas, mujeres Trans, mujeres Bisexuales, Lesbianas, estudiantes, bañadendes, mujeres neurodivergentes, nos manifestamos contra la mafia y el crimen organizado que se apoderó del poder en el Estado en estos últimos años.
El 8 de marzo recordamos en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en homenaje a las mujeres que hace más de un siglo, vienen luchado por la paz, por la justicia social, por la igualdad, por mejorar las condiciones de trabajo y por otras reivindicaciones que fueron banderas de lucha del movimiento de obreras y de feministas.
El contexto en el que nos encontramos actualmente en el mundo y en nuestro país, es altamente desfavorable para la clase trabajadora en general, pero mucho más para las mujeres trabajadoras, que en su mayoría sufrimos a diario las duras condiciones de trabajo precario, y la suma de tareas domésticas y de cuidado, que agotan nuestra vida y nos expone a sufrir más violencia.
Los discursos y las políticas represivas promovidas por sectores antiderechos impulsadas por líderes como Trump y Milei han fortalecido un movimiento conservador en América Latina que amenaza los avances en derechos de las mujeres. Esta influencia conservadora profundiza desigualdades y expone a las mujeres y diversidades a mayores riesgos.
Los discursos de odio y la desinformación promovida por sectores antiderechos y fascistas avanzan sobre una agenda de la mentira, buscando desvirtuar el conocimiento y los avances de la ciencia.
Las últimas filtraciones de los mensajes de Lalo Gómez muestran como el Estado está cooptado por el crimen organizado. Denunciamos hoy que todos los espacios de poder están ocupados por peones de la mafia, cuyo dominio alcanza a las comunidades donde entran a intermediar lo comunitario, ganar espacios y violentar nuevamente, a las mujeres, porque la mafia se instala a través del esquema de la violencia.
La propuesta de eliminación del Ministerio de la Mujer, Ministerio de la Niñez y las Adolescencia y la ley 5777 De Protección Integral de las mujeres lanzadas desde el gobierno y voceros del cartismo muestran claramente cómo el machismo y la misoginia están institucionalizados. Con esta propuesta pretenden dejar en total desprotección a las mujeres y niñeces de nuestro país. Advertimos que nos mantendremos en alerta y en defensa de la institucionalidad.
La implementación del material “Educación de la afectividad y la sexualidad en la Escuela (EASE)” en las instituciones educativas, impuesto por el MEC y los sectores fundamentalistas es una clara muestra de la negación de nuestros derechos al tratar los temas con contenidos discriminatorios, con sesgos religiosos, anticientíficos.

En este día, con todas las voces de las mujeres del mundo DENUNCIAMOS que:
Enfrentamos micromachismos y discriminación cotidiana en los espacios de trabajo, lo que afecta nuestro bienestar físico, emocional y mental.
Muchos derechos que creíamos conquistados, están en riesgo. Los derechos a una jubilación digna, a un salario igual que los hombres por igual trabajo, a ocupar puestos de trabajo sin discriminación alguna, a ejercer la política, a formar parte de la directiva de los sindicatos, hoy nos son negados.
El incremento en el costo de vida, la suba de precio constante de productos de la canasta básica, la falta de transporte y el transporte en mal estado, suba de los peajes y la electricidad afectan desproporcionadamente a las mujeres, sobre todo a quienes asumen la maternidad y el cuidado en forma solitaria, y que se ven obligadas a emplearse en puestos de trabajo de bajos ingresos incluso peligrosos para resolver la alimentación, la vivienda, la salud y la educación de sus familias.
Este gobierno plantea nuevas leyes que solo favorecen a las patronales y precariza aún más la vida de las y los trabajadores, quienes ya hacemos malabares con nuestro salario que no alcanza ni para lo básico en la mayoría de los casos, a consecuencia de la inflación. Las mujeres trabajadoras tenemos el rol de administrar lo poco que alcanzamos para llevar un plato de comida a nuestras casas, ani hagua ivare’a ñande familia.
Denunciamos la falta de protocolos efectivos que permitan a las mujeres hacer sus denuncias y estar seguras de que no serán nuevamente las víctimas de las patronales y que sus derechos como trabajadoras serán respetados. Estos lugares de trabajo como maquiladoras, así como las cadenas de supermercados, las empresas de limpieza, de seguridad privada, no generan condiciones para que las mujeres puedan organizarse en sindicatos para proteger sus derechos laborales y, ante una posibilidad de hacerlo, son despedidas. En empresas maquiladoras, las trabajadoras son sometidas continuamente a condiciones insalubres, exponiéndose a enfermedades evitables sin ningún control en estos lugares de trabajo; se suman a esto, la exposición constante al acoso laboral, psicológico y sexual. En sectores donde trabajan mujeres migrantes y refugiadas, las condiciones laborales son aún peores porque enfrentan mayor explotación y vulneraciones de sus derechos.
La maternidad, aunque garantizada en la legislación laboral se hace cada vez más difícil, porque simplemente omiten a mujeres jóvenes que expresan deseos de ser madres, o a las que ya lo son les niegan los puestos de trabajo, para “ahorrar” y para no tener “problemas”. Existe por ello cada vez más una reducción de empleos para las mujeres, y como consecuencia nos empleamos en trabajos de cuidado, altamente opresivos, desvalorizados, con baja remuneración, y la mayoría de las veces no remunerados. Este tipo de trabajo también incluye a las niñas y jóvenes como criadas perpetuando una práctica cultural de explotación.
La crisis climática afecta a toda la población y deja a Paraguay como uno de los países con temperaturas más altas del planeta. La temperatura de 40° grados, incluso llegando a casi 50° la sensación térmica torna imposible las condiciones de vida para trabajar, para estudiar y para vivir. Esto no es casual, es consecuencia directa de la deforestación causada por las grandes extensiones de monocultivos de soja transgénica, perpetrados por las empresas transnacionales, quienes utilizan de manera irracional nuestros recursos naturales en beneficio propio. Estas condiciones climáticas, con altas temperaturas, sequías, inundaciones que no son “naturales” generan a su vez una escasez alimentaria, repercutiendo en la calidad de los alimentos que consumimos en el campo y en la ciudad, aumentando los costos y haciendo cada vez más inaccesibles el acceso a ellos.
En el campo para las mujeres campesinas e indígenas esta crisis climática afecta directamente a la cosecha de la producción, a la salud y la alimentación, quienes ya enfrentamos pobreza extrema y además somos responsables de la producción de alimentos. Muchas veces tener menos o nada de producción para autoconsumo y menos aún para la renta, situación que nos lleva muchas veces a salir de la chacra a rebuscarnos como trabajadoras domésticas remuneradas, con salarios bajísimos que violan la ley de trabajo doméstico, pero ante la necesidad extrema lo aceptamos. Se suman la amenaza constante de desalojos, los desalojos con violencia extrema, la criminalización de la lucha por la tierra con la Ley Zavala-Riera, siendo estas las únicas formas de presencia del Estado.
El acceso al agua también es un derecho no garantizado para las comunidades y barrios. Las mujeres indígenas deben caminar 20 kilómetros ida y vuelta para traer agua a sus casas. En el caso del Bañado Sur, el agua también falta y el agua que se provee a través de cisternas son insalubres, enfermando a las familias de la comunidad. Es inadmisible que la falta de agua y la mala calidad del agua, siga siendo parte de la cotidianeidad de muchas comunidades rurales y asentamientos urbanos, generando mayores niveles de desigualdad y poniendo en peligro la salud las personas principalmente de mujeres embarazadas, niñas, niños y adultas/os mayores.
Los programas sociales Abrazo, Tekoporã y el de adultos mayores, no están llegando a las familias y a las comunidades que más lo necesitan, vemos como siguen siendo manejados a través de los favores de “correlí”. El discurso de privilegios está profundamente arraigado y afecta las oportunidades de las mujeres, y las familias, principalmente en las zonas rurales.
El Ministerio de Desarrollo Social no está cumpliendo con la gestión de los recursos de las ollas populares y de los comedores comunitarios, apenas han reportado la ejecución de 5% del presupuesto y han hecho entrega de apenas dos veces las provistas no perecederas. Las verduras, huevos y carne se siguen gestionando en las comunidades con binguitos, rifas, venta de comidas, chipas por las mujeres. El hambre en las comunidades sigue creciendo ante la mirada complaciente de las autoridades.
La pobreza y la falta de oportunidades obliga a las mujeres a migrar del campo a la ciudad y a países lejanos, produciendo un terrible desarraigo al abandonar su tierra y su familia. Está situación vivida ya desde hace muchos años, en estos últimos meses vuelve a crecer; nuestras compatriotas deben viajar en busca de trabajo para mantener a sus familias a Brasil, Europa y a otros lugares
La persecución de mujeres trabajadoras cuentapropistas, que se dedican a vender productos en las calles y a cuidar coches para sustentar a sus familias es una política de criminalización. Ellas están siendo violentadas por la policía, que además de detenerlas, las extorsionan con pedido de dinero y si no lo entregan son esposadas y maltratadas, en un claro ejemplo de abuso de poder.

La persecución sindical y laboral en los lugares de trabajo sigue estando presente, lo que incide doblemente en las mujeres.
Sumamos también nuestras voces denunciado la inacción del Estado ante la emergencia sanitaria del IPS, que se sostiene con la plata de aportantes, sin embargo, ofrece un servicio deficitario y criminal, fruto de una corrupción sistemática, de un servicio de salud deficiente pues ni siquiera llega a todo el país, donde los mamógrafos una vez descompuestos pasan años sin ser repuestos.
La cultura patriarcal sigue priorizando a varones para ocupar cargos políticos y de liderazgo, en todos los ámbitos. La violencia política contra las mujeres es una estrategia sistemática para excluirnos de los espacios de poder y silenciar nuestras voces. Desde agresiones verbales y campañas de desprestigio hasta amenazas y acoso, las mujeres que participan en política enfrentan una constante hostilidad, tanto dentro de sus propios partidos como en el debate público.
Denunciamos como la institución policial ha discriminado a las mujeres que se presentaron al llamado de exámenes de ingreso, por el hecho de ser mujeres. Han obtenido los mayores puntajes, pero no han sido admitidas.
Las mujeres con discapacidad enfrentan múltiples barreras que limitan su acceso a derechos fundamentales como la educación, el empleo y la salud. La falta de infraestructura accesible y de políticas inclusivas profundiza la exclusión social y la discriminación.
La población afrodescendiente continúa siendo invisibilizada y discriminada por el estado. Hasta la fecha, sigue excluida del Censo Nacional, lo que perpetúa su falta de reconocimiento y acceso a derechos. Además, muchas personas afrodescendientes se ven obligadas a renunciar a su identidad cultural para acceder a empleos, enfrentando exigencias como eliminar sus trenzas para ser contratadas.
La lucha de las mujeres trabajadoras, no debe tener barreras geográficas, de lenguaje, de leyes, ni de cuerpos y más cuando enfrentamos las mismas violencias, nuestra lucha debe ser colectiva y lo vamos a repetir con claridad, las trabajadoras sexuales son parte de este mundo y no daremos un paso atrás en la defensa de sus derechos.
Las mujeres Trans a diario reciben ataques y son violentadas. Una de las poblaciones más vulnerables y empobrecidas al no ser tenidas en cuenta en el desarrollo de políticas públicas. Lideresas Trans son acosadas por autoridades del parlamento que tienen la obligación de legislar para todas, todos y todes, sin distinción.
Las estudiantes universitarias organizadas, no toleramos el acoso en las universidades. Exigimos justicia, protocolos efectivos y espacios seguros para todas.
Las emprendedoras necesitamos políticas públicas reales, acceso a la formalización, créditos, bancarizacion y otras facilidades acordes a la realidad. La nueva ley para MIPYMES promete una mayor flexibilidad pero a costa de la precarización laboral de quienes prestan servicios. Necesitamos guarderías, más centros de Emprendedurismo, facilidad para contar con puntos de venta, acceso a tecnología y capital semilla.
Las trabajadoras del teatro y las artistas en general, exigen el reconocimiento de su labor, no solo como una expresión artística, sino como un oficio legítimo que merece los mismos derechos que cualquier otra profesión. Las actrices y artistas de diversas áreas desempeñan un papel esencial en la sociedad, y su trabajo debe ser valorado en igualdad de condiciones con otras ocupaciones. Que se ponga en vigencia la Ley 4199/2010 del seguro social para artistas sin relación de dependencia.
Reivindicamos la autonomía y el respeto por todos los cuerpos, desafiando la gordofobia que lastima y a los estándares patriarcales de belleza. Nuestros cuerpos no necesitan ser corregidos, ni ser atacados, sino reconocidos en su dignidad y diversidad.
Exigimos la aprobación del proyecto de ley contra toda forma de discriminación que permita un marco legal que garantice la defensa de derechos ante acciones de discriminación.
Exigimos al Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible – MADES – como institución responsable de la cuestión ambiental en el país, que cumpla con su trabajo, aplique medidas de protección ambiental reales y frene con la entrega indiscriminada de licencias ambientales como favores o moneda de cambio a las empresas responsables de la contaminación ambiental.
Exigimos una vez más una Ley de Educación Sexual Integral que aborde la prevención del abuso sexual y establezca los mecanismos para garantizar la atención y tratamiento en los casos de haber sido víctimas de abuso. Es urgente que el Estado asuma su responsabilidad y brinde herramientas reales para proteger nuestras vidas y derechos.
Exigimos que se ponga en vigencia la Ley 4199/2010 que las actrices esperan hace 15 años.
Exigimos el cumplimiento de la Ley N.º 6634/2020 que debe garantizar la igualdad de condiciones para el acceso, selección y admisión en las unidades académicas de formación de la Policía Nacional.
Exigimos una vez más la aparición con vida de Lichita, justicia para las niñas Lilian Mariana Villalba y María Carmen Villalba. El Comité de los Derechos de la Niñez de la ONU en enero de este año publicó un informe en el que responsabiliza a Paraguay de haber cometido graves violaciones a los derechos humanos en septiembre del 2020.
Todas las situaciones expuestas también tienen consecuencia directa en la salud mental, cargar con tantas responsabilidades y necesidades afecta profundamente el bienestar de las mujeres. Y va en crecimiento los problemas de salud mental como consecuencia de la precarización de la vida.
El gobierno debería preocuparse por aplicar políticas públicas ya existentes con presupuesto para llegar a toda la población, porque esa es su responsabilidad, no perseguir a la ciudadanía que se organiza para exigir derechos humanos básicos.
Hacemos un llamado a acompañar a las compañeras periodistas, comunicadoras y productoras que se animaron a denunciar y acompañar a compañeras que habían sido víctimas de acoso sexual en el grupo Alba visión por Carlos Granada. En abril inicia el juicio y todas debemos unirnos para exigir justicia, no más impunidad para los acosadores como Granada. Queremos que todas podamos estar en espacios laborales que estén libres de acoso.
Desde la Articulación Feminista, nos solidarizamos con las mujeres palestinas, quienes resisten la ocupación y la violencia colonial sionista. Exigimos que sus vidas sean respetadas, que puedan ejercer su derecho a la reparación soberana de su territorio.

Como mujeres organizadas, seguimos creciendo a pesar de las trabas estructurales, económicas, políticas y culturales, y asumimos que debemos sortear muchos desafíos como organizaciones feministas de clase, que, a pesar de todo, seguimos saliendo a las calles, seguimos exigiendo derechos, seguimos gritando con todas sus fuerzas que NO ESTAMOS SOLAS. Tenemos un largo historial de resistencias y luchas, la convicción de lograr una vida mejor es nuestra fuerza, conquistar derechos nos mueve, nos queremos vivas, libres y con trabajos dignos siempre.
Es por eso que seguimos organizadas en la Articulación Feminista, llamamos a organizarnos, a articularnos con organizaciones para unir nuestras fuerzas y defender los derechos de toda la población paraguaya, ocupemos las calles con cada una de nuestras demandas y nuestras propuestas para alcanzar un Paraguay con vida digna.
En las comunidades y barrios seguimos cocinando en las ollas populares a pesar de todas las limitaciones porque nuestro compromiso de entregar un plato de comida es más fuerte que las adversidades, en el campo seguimos produciendo alimentos para el campo y la ciudad desde la Agroecología como modo de producción y de vida, en las instituciones educativas, en los lugares de trabajo y espacio comunitarios luchamos para que las mujeres conozcan sus derechos y puedan vivir una vida libre de violencias. Trabajamos constantemente en propuestas que defiendan realmente la vida y la familia con información real y lejos de los discursos de odio. Durante las marchas proponemos un espacio de Feria Solidaria de la Economía Feminista porque nuestros principios como mujeres trabajadoras es juntamente crear espacios en donde podamos apoyarnos a impulsar la economía y fortalecer las redes comunitarias.
Celebramos una vez más esta convocatoria, porque te sumaste a exigir tus derechos con tus carteles, preparándote para llegar hasta acá, es claro que el feminismo es el proyecto político que nos convoca para cambiar las desigualdades que sufrimos. Por eso nos convocamos a estar en alerta, a tomar las calles por nuestros derechos y el de toda la población paraguaya.
¡Trabajadoras juntas y organizadas, ñadefende ñande derecho!