Juicio en el caso Curuguaty: la anulación es justicia
Desde la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas Conamuri nos dirigimos a la opinión pública para manifestar cuanto sigue:
La instancia resolutiva del caso de la masacre de Curuguaty se reanudará este lunes 3 de agosto, en un contexto de extrema desconfianza por parte de la sociedad paraguaya hacia el aparato judicial.
Todo señala que ya se cuenta con una sentencia prefabricada para inculpar a los campesinos y a las campesinas que llevan más de tres años soportando injusticias y afectaciones varias contra sus derechos humanos y procesales.
El deficiente desempeño del Ministerio Público en la etapa investigativa, que concluyó en la presentación de elementos probatorios francamente ridículos y en declaraciones testificales parcialistas, amén de otras numerosas irregularidades en el desarrollo de todo el proceso, procuran sostener infame acusación sobre campesinas y campesinos pobres para salvaguardar a un grupúsculo perverso que, sobre la sangre derramada de 17 personas en el año 2012, lograron torcer la voluntad popular expresada en las urnas.
El Estado paraguayo, antes que abocarse a una investigación que permita esclarecer los hechos ocurridos en Marinakue y antes que resolver con suma urgencia el problema de la titularidad de las tierras, se empecina en seguir hostigando a las víctimas de aquella masacre, a los sobrevivientes procesados, a sus familiares y hasta a los abogados que entendieron durante la mayor parte del proceso judicial, sumariados por la Corte Suprema de Justicia en el marco de la criminalización exacerbada de la lucha social. Esta persecución sistemática del Estado burgués contra la lucha campesina e indígena por el territorio consta en el Informe Chokokue, elaborado por la Codehupy.
En estas condiciones, la sentencia que arrojare el tribunal competente en el juicio del caso Curuguaty, solo será justa y coherente con el Estado de Derecho si decidiera la anulación de todo el proceso judicial por aberrante y por varias veces viciado.
Seguiremos apoyando las reivindicaciones de tierra, justicia y reparación a todos los afectados en esta causa que se erige en lucha nacional e internacional por lo emblemática y lo profundamente sensible, al constituirse en el fundamento de la ruptura de los principios democráticos del país.
Exhortamos a toda la ciudadanía a sumarse a la gran cantidad de observadoras y observadores del juicio que continuará el 3 de agosto porque, más que nunca, se necesitan acciones de solidaridad hacia las personas que, en Marinakue, alguna vez concibieron el sueño de la tierra propia en un país secuestrado por una oligarquía tiránica que pretende inclusive privatizar el derecho a soñar.
¡La anulación es justicia!
Marinakue, pueblo mba’e!