Homenaje a los pioneros de Limoy II
“La gratitud es la memoria del corazón”
El pasado 11 de octubre fue una fecha muy especial para las familias de la localidad de Limoy II en el distrito de Minga Porã, Alto Paraná, ya que conmemoraron los 35 años de constitución de la entonces colonia. Se realizó un acto de gratitud y reconocimiento a los pioneros de la comunidad, personas que participaron activamente de la fundación del pueblo y que de muchas formas siguen participando hoy.
Limoy II fue el primer asentamiento campesino constituido en el marco de la lucha por la tierra en los duros años del régimen estronista. Después de la ocupación inicial y la resistencia sostenida, lograron la titulación de las tierras que en ese entonces estaban cubiertas de vegetación. Con el tiempo, los pobladores lograron abrir caminos, levantar la escuela, instalar energía eléctrica y agua corriente y crear vida comunitaria, construir identidad como seres vivientes dentro de ese territorio.
La lideresa comunitaria, Hilda Santacruz, recuerda con mucha emoción esos primeros años de establecimiento. “Aquí hubo mucho sufrimiento de la gente, tenemos en la memoria como un fuego el asesinato de dos de nuestros compañeros y ese golpe nos fortaleció. Tenemos muchas historias que contar. Antes no teníamos ni para comer, luchamos por sobrevivir. Caminábamos 25 km para llegar al almacén, no había remedios, había peligro de que te salgan animales salvajes, comíamos miel silvestre y pindo (fruto de la palmera). A partir de sacrificio y resistencia estamos hoy aquí donde también nacieron nuestros hijos y nietos”, dijo.
Mediante el trabajo organizativo, con el apoyo del Movimiento Campesino Paraguayo, se trabajó en minga para tener huerta comunitaria, construir un espacio para conservar carne y la distribución se hacía equitativamente, de modo que cada carpa pueda beneficiarse de los frutos del trabajo colectivo, contó ña Hilda.
Las personas que han recibido el homenaje fueron el doctor Valentín Cáceres, que ha curado de muchos males a los vecinos con sus conocimientos; las señoras Valentina Caballero y Eleuteria Amadí, parteras en cuyas manos se confió el paso de los hijos e hijas en el tránsito hacia este plano; don Severiano Santacruz, por su carácter de luchador social y ejemplo de una vida entera dedicada a la búsqueda del bien común; la profesora Semiona, hoy ya anciana, una de las educadoras que desinteresadamente puso sus saberes y su paciencia para enseñar las primeras letras.
Recibieron un homenaje, así también, las compañeras que son base de Conamuri en Limoy II por su contribución permanente al desarrollo de su comunidad.