Formación de lideresas para contribuir en los procesos de autonomía locales
Escuela de Dirigentas de Conamuri
La formación política –tan necesaria en estos tiempos agitados de nuestros procesos democráticos–, es, desde un principio, una de las herramientas de lucha de Conamuri en su apuesta por fortalecer el protagonismo de las mujeres campesinas e indígenas en todos los ámbitos de la vida pública y privada. En ese sentido, hemos dado inicio y continuidad en estos 18 años de caminar juntas, a una importante cantidad de espacios de información e intercambio de saberes a través de la dialéctica y el compartir de experiencias locales entre mujeres que se encuentran desde diferentes territorios y realidades.
Con el objetivo de contribuir al empoderamiento de las compañeras que integran la Dirección Nacional de Conamuri, la Escuela de Dirigentas tuvo lugar en la jornada de hoy y reunió a compañeras de San Pedro, Caaguazú, Canindeyú, Amambay, Central, Alto Paraná, Concepción y Presidente Hayes. No se trata solo de brindar elementos para entender la coyuntura, sino también es una oportunidad de aprender unas de otras, generar empatía y solidaridad, escuchar las problemáticas de sus comunidades y proponer acciones frente a eso. Posterior a la presentación del diagnóstico comunitario, cada compañera fue aportando elementos que construyeron la reflexión colectiva.
Coordinadoras generales, miembros de la Dirección Nacional renovada en el último Congreso (octubre de 2017) y algunas compañeras militantes invitadas, fortalecen este espacio de formación de conciencia.
Al respecto, Julia Díaz, compañera oriunda de Repatriación (Caaguazú), expresó que la Escuela es importante en el sentido de que sirve para “hacernos abrir los ojos, para que las mujeres entendamos y formemos parte de los procesos políticos”.
A su vez, Ramona Benítez, compañera proveniente de Horqueta (Concepción) dijo que es muy bueno que haya al interior de Conamuri una instancia pedagógica que sirva para elevar el nivel de conciencia de las dirigentas, lo cual finalmente repercute en el crecimiento y en la incidencia política propia de la organización al multiplicarse en las bases a través de la aplicación de la propuesta metodológica de réplica.
En un contexto social como el paraguayo, en que los derechos económicos, sociales y culturales están muy lejos de abrazar a toda la población, principalmente a las mujeres del sector empobrecido, la formación es una herramienta indiscutible para alentar el florecimiento de más organizaciones de base que luchen por alcanzar el buen vivir defendiendo su autodeterminación, su identidad propia, sus semillas nativas y criollas, sus territorios y, sobre todo, defendiendo el derecho a vivir una vida libre de violencia.