Feminismo como proyecto político liberador
El feminismo propone establecer relaciones igualitarias, humanizar las relaciones. Romper con la explotación y la opresión, por tanto, la liberación de la mujer es la liberación de la humanidad toda. El feminismo en esencia es un proyecto político liberador. “Es necesario percibir que la lucha feminista no es apenas una cuestión de interés de las mujeres, de la humanidad que pretende ser libre”, según Mirla Cisne.
El sistema patriarcal dentro del sistema capitalista logra mantenernos explotadas y oprimidas principalmente a las mujeres por medio de la división del trabajo y las relaciones (propiedad privada) y, en mayor medida, a las mujeres que cargan con muchas más responsabilidades: trabajar en la casa, fuera de ella, encargarse de todos los miembros de la familia desde preparar el desayuno y garantizar la ropa limpia, por citar solo algunas del día a día.
Entonces paramos el 8 de marzo de 2017 en más de 54 países del mundo para buscar cambiar la historia, recordando a Rosa Luxemburgo, Alexandra Kollontai y Klara Zetkin, quienes desde 1907 lucharon por el voto femenino, por las mujeres de la Comuna de París, por las mujeres indígenas y campesinas que siguen resistiendo y manteniendo nuestras culturas, por nuestras abuelas, nuestras madres, hermanas, amigas, compañeras, por todas.
Desde la Conamuri esta lucha la venimos llevando hace años siguiendo la historia de las que nos han antecedido, convencidas de la necesidad de la alianza campo-ciudad, donde mujeres campesinas, indígenas, urbanas unidas y hermanadas en cada una de las mujeres que el 8 de marzo pasado han contribuido en seguir escribiendo una historia de liberación real, buscando acabar con la opresión y la explotación. Mujeres campesinas, indígenas, estudiantes, trans, mujeres que viven con VIH, trabajadoras domésticas, sindicalistas, feministas, laicas; todas hemos sido partícipes de un día histórico, de una movilización de 10 mil personas donde la mayoría de las que participamos fuimos mujeres.
Hemos salido a las calles a gritar juntas y decir convencidas que “Si nuestro trabajo no vale produzcan sin nosotras”, hemos sido diversidad de rostros, cuerpos, voces cantando, gritando, agitando, cansadas de las violencias que sufrimos en el día a día y porque estamos seguras de que las cosas pueden cambiar si nos solidarizamos para luchar contra el patriarcado y el capitalismo. Estamos luchando, seguiremos luchando hasta que todas seamos libres, levantando nuestra consigna: ¡Sin feminismo no hay socialismo!