Conamuri se solidariza con la lucha estudiantil universitaria

Desde la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas Conamuri nos solidarizamos con las y los estudiantes y docentes de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) que están luchando por una Educación Democrática para el pueblo paraguayo. Organizarse es un derecho legítimo reconocido en la Constitución Nacional. Estudiantes, estamento docente y la ciudadanía general, durante la primavera estudiantil del año 2015, han demostrado el hartazgo ante las históricas prácticas corruptas y prebendarias, los abusos de poder y acosos vividos en dicha casa de estudios por parte de autoridades y funcionarios enraizados en procedimientos profundamente nefastos y dictatoriales inclusive.

Desde septiembre de 2015 se ha llevado un proceso para garantizar la necesaria Reforma del Estatuto de la UNA con innumerables esfuerzos de una comisión especial que lo que solicita es cogobierno paritario; sin embargo, el día de ayer, los mismos corruptos de siempre han decidido mantener el estatuto actual, el cual les permite atornillarse perpetuamente a sus cargos. Es por esto que estudiantes y docentes luchadores primeramente resolvieron rodear el edificio donde se desarrollaba dicha asamblea, una asamblea que nos recuerda al golpe de Estado de 2012 en el Parlamento o la aprobación de la Ley APP en 2013, la injusta condena a campesinas y campesinos en el caso Marinakue, Curuguaty, por citar solo algunos abusos de poder e injustica de nuestra historia reciente.

Ante la indignación, y parafraseando a Tomás Palau: “es lógico que una sociedad agredida se defienda”, el estudiantado, recordándonos la primavera estudiantil, ha decidido tomar el Campus, cerrando todos los accesos como medida para exigir que la asamblea reviera su postura. Estas y estos jóvenes, defendiendo nada más y nada menos que nuestra democracia y nuestro derecho legitimo a la educación, así como el derecho a organizarse, han sido denunciados ante la Fiscalía por los mismos ladrones de la UNA: paradójico, más aún teniendo en cuenta que la Facultad de Medicina presentó denuncias por acoso por parte de docentes que abusan de su poder y cuyas denuncias hasta a la fecha no han tenido respuesta.

Ante la condena del caso Curuguaty, sin pruebas, ya advertíamos cómo nuestra “justicia” podría hacer lo mismo con cualquier ciudadana, ciudadano; es así que nos encontramos con cuatro imputaciones a estudiantes: Fernando Krug, Amalia Ríos, Paola Pussineri y Herbert Segovia. Estas se dan en el marco de la criminalización de las luchas por garantizar derechos humanos básicos, al igual que en la lucha contra el latifundio de tierras, se da de la misma forma en el latifundio del acceso a una Educación Pública, de Calidad, Gratuita y Democrática.

Celebramos también el celo con que la ciudadanía custodia los derechos elementales y resiste a la opresión: es una victoria del estudiantado universitario y del pueblo solidario el hecho de que la denuncia contra estos cuatro jóvenes mencionados arriba haya sido levantada.

Que la historia recuerde a los 35 asambleístas que votaron en contra de la democracia y a favor de la dictadura. Que recuerde, sobre todo, al estudiantado y docentes que hoy luchan por nosotras y nosotros.

UNA oku’e! Paraguay ñanemba’e!

#UNAreformaUNpaís