Comunicado de Conamuri ante el juicio oral por el caso Curuguaty
La Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas Conamuri se dirige a la opinión pública nacional e internacional para manifestar cuanto sigue:
Empieza finalmente el lunes 27 de julio el juicio oral y público a las campesinas y los campesinos acusados por la Fiscalía en el caso de la masacre de Curuguaty.
Un proceso por varias razones afectado de nulidad, en donde los únicos que pierden todo pertenecen al sector campesino: mueren asesinados sus familiares en el cruel escenario del 15 de junio de 2012; continúan sin tierra porque Marinakue, siendo destinada a los sujetos de la Reforma Agraria por ser de propiedad del Estado, se encuentra impunemente bajo usurpación del agronegocio y la oligarquía rural; el Ministerio Público y el Tribunal ya se ensañaron lo indecible contra las procesadas y los procesados, mostrando en varias ocasiones parcialidad y odio manifiesto; y, para colmo, todo indica que la farsa aún no da visos de terminar: de lo contrario este juicio debía ser archivado hace bastante tiempo porque se constituye en la mayor vergüenza de la Justicia paraguaya.
Para realizar una investigación seria de lo que ocurrió en Curuguaty, se debe anular el proceso por las varias irregularidades y aberraciones perpetradas desde un principio. ¿Cómo se puede esperar el desarrollo de un juicio justo cuando a la vista saltan los vicios procedimentales y las violaciones a los derechos humanos?
Este proceso judicial responde al patrón de criminalización de la protesta social, donde no existen presunción de inocencia o derecho a la defensa; donde quien lucha por convicción y por necesidad es el enemigo del sistema y debe responder, por lo tanto, con todo el peso de esa ley que es dictada por la clase dominante para reprimir y violentar.
En tal sentido, celebramos la llegada de las comitivas de observadoras y observadores internacionales que se suman a quienes desde tierra adentro venimos acompañando el largo vía crucis. Instamos, asimismo, a seguir de cerca esta etapa decisiva a toda la ciudadanía, porque en ella se juegan la democracia y el Estado de Derecho sus últimas cartas.
Como organización de mujeres campesinas e indígenas repudiamos el trato que reciben nuestras compañeras luchadoras sindicadas por la Fiscalía, que también son madres y que han empeñado su futuro por un pedazo de tierra donde asentarse para cultivar y vivir dignamente junto a sus hijos e hijas, usufructuando el legítimo derecho a la tierra.
Nuestros deseos son de fortaleza para los familiares y los sobrevivientes de esta masacre que hoy se erigen en víctimas también, junto a los caídos. La lucha por la Reforma Agraria en Paraguay es la historia de un pueblo que no se amilana en la búsqueda de la tierra sin mal.
¡Queremos juicio justo! ¡Nulidad ya!
¡Por tierra, justicia y libertad!