Volvemos a tomar las calles para denunciar las violencias que atraviesan nuestros cuerpos, para decirles que acá estamos, luchando como los otros 364 días del año. Traemos con nosotras todas las luchas acumuladas de nuestras ancestras, nuestros sueños, nuestras esperanzas y logros para alcanzar una vida libre de violencia.
Somos mujeres de distintos sectores, del campo y la ciudad. Somos campesinas, indígenas, afroparaguayas, estudiantes, mujeres trans, lesbianas, bisexuales, no binarias, neurodiversas, periodistas, comunicadoras, docentes, investigadoras, trabajadoras sexuales, sindicalistas, artistas, bomberas, trabajadoras domésticas y presentes en todos los ámbitos laborales.
Los Premios Dignidad son una iniciativa de la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy) que, en su segunda edición, convocaron a 46 defensoras y defensores de derechos humanos de todo el país. La ceremonia de reconocimiento y el acto cultural se realizó el 19 de noviembre en las instalaciones del Hotel Guaraní.
Este año fueron adjudicadas con el Premio Dignidad a la Trayectoria dos lideresas de Conamuri: Hilaria Cruzabie y Bernarda Pesoa, grandes compañeras que son referentes del movimiento indígena en nuestro país y la región.
Por su parte, el Premio Dignidad como tal fue otorgado a la comunidad indígena Tekoha Sauce de Arroyo Guasu y la Coordinadora de Lucha por la Tierra del Bañado Sur.
Otras postuladas
Conamuri considera que todas sus integrantes aportan valiosos elementos para el sostén de la organicidad. La vida institucional tiene sus pulmones en los territorios, en las manos de las mujeres de base que día a día luchan desde sus chacras y desde sus comités para combatir las desigualdades del sistema que las mantiene en condiciones de vulnerabilidad. Aún así, son mujeres empoderadas que han sido parte de procesos pedagógicos en los que fortalecieron su nivel de consciencia al punto de querer formar parte de la construcción de ese otro mundo posible.
Otras postuladas este año para el Premio Dignidad a la Trayectoria por parte de nuestra organización, como un reconocimiento a sus luchas, fueron: Beatriz Rivarola, Ramona Benítez, Julia Díaz, Zulma Chávez, Gertrudis Leiva, Nidia Pesoa, Blanca Galarza, Petrona Villasboa, Hilda Santacruz y Ceferina Guerrero.
Cada una de las compañeras de Conamuri que han sido postuladas para esta premiación fueron escogidas, en primer lugar, por el hecho de que siendo mujeres campesinas empobrecidas se hayan decidido a accionar, a luchar por el derecho a la tierra, a la soberanía alimentaria y a la igualdad ante los hombres. El solo hecho de plantearse a sí mismas protagonizar estos procesos, predisponerse para luchar con el colectivo, con la comunidad, es ya un paso muy importante hacia la emancipación que buscamos las mujeres en una sociedad profundamente machista y discriminadora. Son mujeres históricamente invisibilizadas, siempre actuando tras bambalinas, mientras otros toman el micrófono o copan los espacios de poder, pero sin ellas nada se consigue porque organizan a sus hijas e hijos, a sus vecinas, ayudan a elevar el nivel de conciencia, posicionan a la organización desde abajo; no salen en el diario ni hablan en la radio, pero son las que sostienen la organización en las bases.
Hilaria Cruzabie: Luchadora por la educación indígena
Nuestra compañera Hilaria Cruzabie nació el 14 de enero de 1960. Es de profesión maestra de primaria, una de las primeras docentes profesionales de su comunidad. Hoy día jubilada, después de 28 años de servicio en el magisterio, el MEC la reconoció como “docente destacada” en 2004.
Trabajó en el Grupo de Seguimiento hasta la aprobación de la Ley N° 3231/2007 de Educación Indígena del Paraguay. Actualmente realiza trabajo voluntario en su comunidad Santa Teresita (Dpto. Boquerón), acompañando a la lideresa comunitaria en sus gestiones. Además, integró el equipo responsable de la construcción del Plan Nacional para Pueblos Indígenas con el fin de hacer cumplir los derechos de los pueblos indígenas, material que fue presentado en enero de este año, orientado a consolidar el diseño e implementación de políticas públicas como políticas de Estado, acordes con las formas de vivir de los Pueblos Indígenas, para el logro del bienestar y la garantía plena de sus derechos.
Miembro directivo del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC), siendo la primera representante mujer proveniente de Paraguay en ocupar este espacio desde el que representa a las comunidades indígenas de nuestro país (FILAC es un espacio de articulación que lucha por el cumplimiento de los derechos humanos de minorías étnicas).
En Conamuri desarrolla tareas de formación desde el año 2010, integrando el equipo de “Pytyvõhára” y en la Dirección Nacional actual ocupa la titularidad de la Secretaría de Comunicación, Prensa y Cultura de esta organización.
Así también, en la misma organización coordinó por dos años la Escuela de Mujeres Indígenas «India Juliana», junto a otras lideresas indígenas. Hilaria Cruzabie es una de las “Pytyvõhára” más activas y con mejor técnica pedagógica, debido a su experiencia en aula.
También en 2015 acompañó procesos formativos de la Articulación Chaqueña.
Desde el año 2014, Hilaria Cruzabie tuvo que afrontar un proceso judicial por una causa abierta en el INDERT y que pesaba sobre varias organizaciones campesinas. Ella, como miembro de la Dirección Nacional de Conamuri en ese tiempo, fue imputada por lesión de confianza junto a la dirigenta Alicia Amarilla. El proceso judicial fue largo y duro, la criminalización contra las compañeras referentes puso en juego todo el trabajo desarrollado por Conamuri a lo largo de los años, pero la credibilidad se recuperó y se logró limpiar el nombre de las afectadas con el sobreseimiento definitivo que resultó del juicio oral, ya que el Ministerio Público no pudo reunir pruebas contra ellas.
Por otro lado, desde los espacios de acción y debate en los que participa, la contribución de Hilaria Cruzabie siempre ha sido coherente con la lucha por la autodeterminación de los pueblos indígenas, lo que incluye el respeto a su cultura y su modo de concebir la vida, su cosmovisión. Todas las luchas se hermanan, y quien lucha por la educación está luchando también por la igualdad y la justicia. Es madre de 3 hijos y abuela de 4 nietos y nietas.
Bernarda Pesoa: Defensora de los derechos indígenas, el territorio y el medio ambiente
Bernarda Pesoa nació el 12 de marzo de 1981 en la comunidad de Cerrito, territorio del Pueblo Qom en el departamento de Presidente Hayes. Tiene una hermana y dos hermanos, sus padres decidieron apoyar en sus estudios solo a los varones, hoy docente y lingüista, respectivamente, habiendo realizado Bernarda la escuela hasta el 3° grado.
A la edad de 12 años se trasladó a Asunción para trabajar en el servicio doméstico, tiempo en que conoció la realidad de muchas mujeres paraguayas que desde temprana edad son desarraigadas de sus comunidades para ejercer de “criaditas”. En esos años sufrió mucho porque solo conocía su lengua nativa, el Qom. De grande ya su madre le enseñó a hacer artesanía, actividad con la que subsiste hasta el día de hoy. En ese tiempo se conformó una asociación de artesanas con la que Bernarda Pesoa aprendió mucho y llegó a ser una referente de las ferias ya desde muy joven, antes de cumplir los 20 años.
En 1999 fue parte del proceso de construcción de Conamuri, la primera organización que nuclea a mujeres campesinas e indígenas en torno a realidades y necesidades comunes y en procura del buen vivir. En Conamuri se decidió a ser autodidacta y en el proceso organizativo aprendió a leer y escribir y también a hablar guaraní y castellano; hoy día agradece también haber aprendido a usar una computadora, conocimiento muy necesario para la redacción de notas y proyectos que elabora en favor de su comunidad. También se empapó de los espacios de formación política de Conamuri, donde abrió los ojos a las problemáticas que existen en su comunidad y a encontrarle razones estructurales y sistémicas.
Trabajó como investigadora de campo en un programa sobre pobreza de los pueblos indígenas del Chaco para el Ministerio de Educación durante el gobierno de Fernando Lugo. Así también, colaboró en una investigación sobre embarazo adolescente en mujeres indígenas de los Pueblos Qom, Nivaclé, Ayoreo y Mbya con la organización Tierraviva.
En 2014, en una asamblea de 800 mujeres campesinas e indígenas, fue electa como Secretaria de Relaciones de Conamuri, siendo la primera compañera indígena en ocupar ese cargo.
Bernarda Pesoa es integrante del equipo de “Pytyvõhára” de Conamuri, una educadora popular en lengua Qom, enseña a leer y escribir a niñas y niños y también a adultos mayores en su comunidad. Ese mismo año 2014, su comunidad Santa Rosa la eligió en asamblea como su lideresa, sorteando varios obstáculos, la discriminación de los líderes varones (por ser mujer y por su juventud) y la burocracia del INDI, el cual la reconoció como lideresa después de un año y siete meses de la solicitud, cuando normalmente ese mismo procedimiento tarda apenas tres meses.
En su rol de lideresa, organizó los reclamos de su comunidad para gestionar ante las instituciones y también presionarlos a través de acciones directas no violentas; de esa manera han conseguido cambiar el rostro de su comunidad con mucho esfuerzo, viviendas sociales, agua corriente, la pensión de adultos mayores y el programa Tekoporã; incluso un local para el comedor popular y otro para las mujeres artesanas, esto último un logro muy reciente todavía y que está en proceso de construcción.
En 2016 ingresó al Colectivo de Mujeres del Gran Chaco Americano (que abarca Bolivia, Paraguay y Argentina) y en 2018 al Grupo de Acción Intercultural Sunu.
En su trayectoria son múltiples las acciones que encabezó y de las que formó parte para acompañar los reclamos populares y la visibilización de las luchas de los pueblos indígenas y campesinos: conversatorios, paneles, cortes de ruta, marchas, desarrollados tanto dentro como fuera del país. Como lideresa de base, defensora ambiental, artesana, educadora popular y referente de Conamuri, han sido varios los procesos donde estuvo involucrada, siempre con el propósito de alcanzar bienestar para las comunidades indígenas.
Sin dejar de lado su maternidad ni su papel como gestora ante las necesidades de su pueblo, Bernarda Pesoa lidera actualmente la lucha por defender el medio ambiente y el territorio Qom frente a iniciativas extractivistas que parten de la Fundación Paraguaya y la empresa Forestal Sylvis; en el marco de esta lucha ha sido violentada físicamente y descalificada sin fundamento por parte de los referentes comunitarios involucrados en el proyecto de reforestación con eucalipto, al que se oponen 5 de las 8 aldeas que conviven en el territorio Qom de Cerrito.
Forma parte del equipo que dio contenido a la Escuela de Formación de Lideresas “India Juliana” en 2018.
Las imágenes que están circulando en las redes sociales desgarran a quienes las observan. Esta mañana se efectuó la orden de desalojo contra unas 70 familias de la comunidad indígena Hugua Po’i del Pueblo Mbya Guaraní, localizada en el distrito Raúl Arsenio Oviedo, Caaguazú.
Policías que faltan en las calles cuando la abuelita vuelve del hospital y es atracada, cuando el joven sale de madrugada para ir al trabajo y es asesinado por delincuentes, están ahora destruyendo un tekoha indígena con sus viviendas y cultivos, su forma de vida, su fuente de alimentación; dejando a ancianos y niños en las calles, a la intemperie, bajo la lluvia, sin ninguna piedad, sin ningún destino fijo, sin nada más que incertidumbre y miserias para las próximas semanas, meses, años.
Repudiamos la indiferencia del Instituto Paraguayo del Indígena que no se pone a la altura de lo que exige la historia, pues antes de velar por los derechos de las comunidades indígenas prefiere mirar hacia otro lado, negar su postura firme y no ser custodio celoso de los bienes de este grueso de la población. Desde 2012 se gestiona la titularidad de las tierras a favor de estas familias indígenas y hasta el día de hoy no hay respuesta institucional, por lo que terminan siendo amenazados constantemente por personas que ostentan títulos fraudulentos.
El gobierno criminal de Mario Abdo Benítez debe responder por estos atropellos a los derechos humanos contra los pueblos indígenas. Días pasados, varias comunidades campesinas e indígenas han sufrido violentos episodios de desalojo con todo el aparato estatal represivo, hoy le tocó a Hugua Po’i, mañana serán otras si no hacemos algo por frenar estas acciones de locura que solo benefician a los grandes concentradores de tierra y recursos: sí, ellos, los mismos de siempre.
Nuestra solidaridad con los pueblos indígenas que están pasando estas injusticias y también nuestra adherencia a las organizaciones que los acompañan.
Para estas Fiestas, la Organización Conamuri invita a que colaboremos con las artesanas indígenas de nuestro país, compartiendo en sus redes sociales hermosas muestras que se pueden regalar en las festividades de fin de año: “regalá arte, regalá solidaridad”.
Doña Francisca Fernández vive en la comunidad Ybyratimi de Vega Cué, 9ª Línea Ro’ysã en el distrito de Colonia Independencia, Guairá. Pertenece al Pueblo Mbya Guaraní.
Ella aprendió a hacer artesanía observando a su abuela: “la mirábamos trabajar, si estábamos interesados procurábamos aprender y así se fue dando”, contó.
Hace al menos 12 años que se dedica profesionalmente a vender canastas, carteras, pantallas, alhajeros, paneros y recipientes de todo tipo.
Su esposo, Amancio Medina, trabaja en tallado de madera para hacer figuras decorativas que aluden a la mitología guaraní o a la fauna local. Él es también director en la escuela de la comunidad.
Para elaborar su arte, doña Francisca utiliza el takuapi, que es una especie de tacuara o bambú, con tintes naturales hechos de raíces, semillas y hojas machacadas. Los bolsos se hacen a partir de la colecta del maíz, pues se usa para ello avati pire (chala), además de kapi’i po’i (variedad de paja de hojas finitas).
Las figuras de madera se tallan a partir de especies duras, como el cedro; “antes usábamos árboles de especies blandas y muy rápido las termitas descomponían la madera, entonces empezamos a trabajar con el cedro por su resistencia”, señaló.
Doña Francisca vive de su arte. Recibe pedidos por WhatsApp desde cualquier punto del país. El envío es por encomienda y el pago se realiza por giro. “También pueden venir hasta mi casa a ver todo lo que tengo aquí”, invió cordialmente.
El número para contactar con doña Francisca es 0985 764826.
“La Casa de las Artesanas” es un espacio abierto en el territorio Qom, inaugurado recientemente.
Las mujeres de la comunidad Santa Rosa del pueblo Qom de Benjamín Aceval, Presidente Hayes, invitan a los emprendedores y firmas comerciales a promover la artesanía indígena a través de la utilización de canastas, en el marco de los días festivos.
Los productos son elaborados a partir de materias primas como totora, hoja de palma o carandilla y consisten en cestas, bolsos, además de pantallas, alhajeros y derivados de semillas de leucaena para hacer collares, pulseras y aros.
Comunicadora de radio Ñe’ê Roky, distrito de Edelira (Itapúa)
Las comunidades indígenas del Pueblo Paî Tavyterâ sobreviven, pese a la desidia e indiferencia del Estado. Pero ¿dónde están?, ¿cómo viven y qué sabemos de ellas?
Los indígenas Paî Tavyterã conforman uno de los 20 pueblos indígenas que sobreviven en Paraguay.
“Suman 17 comunidades en la zona y son los custodios de la naturaleza, porque ser indígena es vivir con y para la naturaleza”, aseguró Rodrigo Ramírez, coordinador de la Asociación de Comunidades Indígenas Paî Tavyterã Pavê, de Capitán Bado, departamento de Amambay.
Paulina Ramos, docente y comunicadora popular, oriunda del distrito de Guayaibí, San Pedro, está participando de la 3º Escuela Latinoamericana de Formación Política del Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr., de La Habana. Se trata de un espacio pedagógico en el que participan 38 movimientos populares de 18 países de Latinoamérica y el Caribe y se desarrolla entre el 8 y el 25 de noviembre en forma virtual.
“La Casa de las Artesanas” es un espacio abierto en el territorio Qom, inaugurado recientemente.
Las mujeres de la comunidad Santa Rosa del pueblo Qom de Benjamín Aceval, Presidente Hayes, invitan a los emprendedores y firmas comerciales a promover la artesanía indígena a través de la utilización de canastas, en el marco de los días festivos.
Los productos son elaborados a partir de materias primas como totora, hoja de palma o carandilla y consisten en cestas, bolsos, además de pantallas, alhajeros y derivados de semillas como collares, pulseras y aros.
Para las festividades de fin de año es costumbre regalar a los trabajadores una canasta de Navidad, y qué mejor manera de aprovechar productos resistentes, biodegradables y ecológicos que pueden ser utilizados en otros momentos del día a día, y no necesariamente deban ser desechados una vez terminada la temporada.
Esta es una actividad económica con relevancia cultural muy elevada. Actualmente, las artesanas Qom están levantando pedidos y trabajando a tiempo completo para cumplir con los encargos.
“Hemos llegado hasta aquí con bastantes dificultades, pero es un desafío hermoso que nos anima a seguir luchando por mantener vigentes nuestras costumbres”, dijo al respecto la lideresa comunitaria, Bernarda Pesoa.
A fines de noviembre está proyectado dictar talleres de artesanía y exhibición de productos en la Casa de las Artesanas, ubicado en el territorio Qom.
Es bueno recordar también que las mujeres de Santa Rosa asisten cada sábado a la feria de la Red Agroecológica, que se instala de 9 a 14 horas en la plaza Italia, sobre 14 de Mayo y Rodríguez de Francia.
El número de contacto para hacer pedidos es el (0982) 307399, con Bernarda Pesoa.
El desalojo al asentamiento Cristo Rey, perpetrado la última semana de octubre, arrojaría una pérdida económica que alcanzaría los diez mil millones de guaraníes. Esto haciendo un cálculo somero, a simple vista, sobre los cuantiosos daños ocasionados por la comitiva fiscal-policial que ejecutó la medida arbitraria.
El total de familias es de 40, multiplicando esto por dos hectáreas de producción de cada una es igual a 80 hectáreas de pérdidas de mandioca y maíz. La mandioca en 40 hectáreas da como resultado un total de 800.000 kilos. Esto, multiplicando por 1.500 G el kilo es igual a 1.200.000.000 G.
Una edición más del festival gastronómico tradicional se llevará a cabo en el tinglado de Conamuri en la localidad de Limoy II, distrito de Minga Porã, Alto Paraná.
Será hoy viernes 29 de octubre a partir de las 19 horas. Están invitados a pasar un buen tiempo en comunidad, acompañados de música funcional y los mejores platos típicos del país: pajagua mascada, pastel mandi’o, chicharõ trenzado, sopa paraguaya, chipa guasu y otras delicias de la gastronomía nacional.
Esta actividad se realiza con fines recaudatorios a beneficio de la radio 11 de Octubre, la cual demanda gastos para seguir cumpliendo su función social. “Por su naturaleza de radio comunitaria no puede generar lucro, pero sí tenemos gastos que cubrir”, explicó su directora, Sonia Espínola.
Las mujeres que integran la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas Conamuri de Limoy II llevan adelante, por quinto año consecutivo, el Gran Festival Gastronómico, con el objetivo de rescatar recetas tradicionales y generar un espacio de trabajo colectivo que involucre a toda la comunidad. Se realiza en el marco del día del folclore, que es el 22 de agosto.
Las últimas dos ediciones de este evento, por las exigencias de la pandemia, se han visto en la necesidad de reducir las expectativas para evitar aglomeraciones, pero en esta ocasión, con la adhesión correspondiente al protocolo sanitario, se invita a los vecinos y vecinas a asistir, sumarse a los preparativos y pasar un buen rato en familia.