Comunicado del Espacio de Unidad Campesina e Indígena
Desde la articulación conformada por más de 30 organizaciones campesinas y de pueblos indígenas, celebramos el acto de reconocimiento de responsabilidad del Estado paraguayo por los hechos de tortura y muerte acaecidos en el año 2003 durante una brutal represión contra campesinos en protesta. Este acto simbólico sintetiza una victoria de los luchadores ante el modelo insostenible de la oligarquía paraguaya, que impulsa la exclusión social, la concentración de riquezas, la corrupción y el crimen organizado.
Valoramos la perseverancia de compañeras y compañeros de diversas organizaciones sociales que participaron y acompañaron todo el proceso de esta reivindicación en memoria de nuestro compañero Eulalio Blanco, ejecutado en el marco de la lucha por una vida digna, y Ernesto Benítez, sometido a actos de torturas y tratos denigrantes.
Este acto representa una señal de esperanza para desterrar un Estado que criminaliza, tortura y asesina a quienes defienden la vida.
Instamos a mantener la lucha por la reforma agraria integral y por los derechos negados a nuestros pueblos, pues este es el camino hacia una sociedad más justa e igualitaria.
Reconocemos el incansable acompañamiento de las instituciones de derechos humanos, cuyo esfuerzo hizo que este caso llegara a instancias internacionales, obligando al Estado paraguayo a emitir el Pedido de Disculpa Pública.
Este acto no solo honra la memoria de nuestros compañeros caídos, sino que también refuerza nuestra determinación de seguir luchando contra la injusticia y la opresión. Es un hecho sin precedentes en el reconocimiento de los derechos campesinos y en el proceso de luchas significativas por un Paraguay más equitativo y más digno para todos y todas.
¡Unidad y resistencia!
Asunción, 25 de junio de 2024