Bernarda Pesoa: «Necesitamos una respuesta urgente del Estado ante la violencia contra niñas indígenas»

Con el caso de la niña Maricel (12), cuyo cuerpo inerte fue encontrado en un maizal a finales de junio pasado en el distrito de Pirapó, con señales de haber sido violentada sexualmente, se suman 5 casos de abuso contra niñas, adolescentes y mujeres indígenas en lo que va del año.

Bernarda Pesoa, referente de la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas Conamuri, considera que la violencia se ha generalizado en el país y que en el contexto del confinamiento obligatorio por la pandemia de covid-19 se agravó en las comunidades indígenas. Debido a esto, es necesario seguir denunciando los casos para que no terminen siendo naturalizados. Además, dejó sus reflexiones con relación al informe del Poder Ejecutivo dado a conocer el 1 de julio pasado ante el Congreso Nacional.

¿Cuál es el posicionamiento de su organización ante los hechos de violencia contra niñas y mujeres indígenas que han tomado estado público?

La violencia se ha generalizado mucho en el país y ahora bajó a los territorios indígenas, por eso es necesario seguir denunciando situaciones que no deben ser naturalizadas. Pedimos apoyo de la prensa para visibilizar el aumento de la violencia contra las niñas indígenas, el abuso sexual y laboral contra las mujeres, todo empeoró con la complicidad del confinamiento. Muy poco sale en los medios, pronto se olvidan de que estamos ante un genocidio sistemático. Esto es un peligro, somos las productoras de la vida, las cuidadoras de las semillas, merecemos respeto y el derecho a vivir sin ser explotadas, con derechos básicos y eso es lo que siempre estamos reclamando al Estado paraguayo.

Necesitamos una respuesta urgente ante el aumento de la violencia contra niñas y mujeres indígenas, nos sentimos desprotegidas por parte de las instituciones frente al machismo. Todo está vinculado, así lo vemos, cuando nos despojan de la tierra, nos privan de condiciones dignas de vida y desarrollo. Hay comunidades indígenas mendigando en las calles de la ciudad expuestas a todo tipo de vicios y violencia, muchas se quedaron sin tierra por el avance del modelo agroexportador y vemos que ese es el origen de la violencia estructural que va en aumento, lo que a su vez provoca que existan otros tipos de violencia, especialmente hacia las mujeres.

A nosotras como mujeres indígenas solo nos queda recurrir a la solidaridad, nos queda la hermandad. Se ha derramado demasiada sangre indígena en esta tierra paraguaya, las jóvenes tienen que llevar en su conciencia que hacer marchas o manifestaciones, no se trata de una diversión, es por una causa social y cuando se derrama sangre indígena todos los pueblos indígenas nos sentimos golpeados. Queremos paz como todos los seres humanos, no queremos más seguir viviendo en zozobra, con miedo, basta de matanza de pueblos indígenas y de violencia contra las niñas, adolescentes y mujeres.

Las radios comunitarias y las redes sociales nos brindan apoyo y voz para hacer llegar nuestras denuncias ante la falta de respuesta del Estado. En Conamuri contamos con un espacio en la radio Fe y Alegría para visibilizar la situación de las mujeres y niñas indígenas, hay también bastantes violaciones a los derechos humanos.

¿Cómo vio el informe de gestión del presidente Mario Abdo Benítez desde el punto de vista de los pueblos indígenas?

En el informe general que el presidente Mario Abdo Benítez realizó a principios de mes no incluyó resultados de gestión de políticas públicas o de ejecución presupuestaria para los pueblos indígenas porque simplemente no existen. En esta situación de pandemia los pueblos indígenas fuimos asistidos por las organizaciones aliadas, la sociedad solidaria se movilizó para donar alimentos y otras necesidades básicas como elementos de higiene, frazadas, de parte del gobierno no tuvimos casi apoyo. Y eso se reflejó en el informe de gestión del presidente, para el Estado somos el furgón de cola, personas olvidadas.

En estos momentos se está cerrando la ruta del Km 376 para exigir mejoramiento de acceso a las comunidades Yakye Axa y Sawhoyamaxa, tierras conquistadas por la lucha de los pueblos indígenas y organizaciones sociales afines. Muchas familias indígenas están pasando hambre, hay sequía en el Chaco que empeora todo el panorama, por autogestión una comunidad de San Pedro en la región Oriental logró construir un pozo artesiano y un tanque, pero como no cuentan con conexión eléctrica no pueden hacer uso del agua corriente, tienen que caminar cientos de kilómetros para conseguir un poco de agua.

El genocidio indígena va de la mano con el programa de eliminación de la pobreza que impulsa el Estado. En nuestros territorios nosotros no nos sentimos pobres, otros dicen por nosotros que somos pobres, pero cuando nos despojan de nuestros territorios y nuestros modos de vida, ahí nos vuelven pobres, nos empobrecen al quitarnos nuestras tierras y cultura.

En el contexto de la pandemia, ¿se percibe la asistencia del Estado a las comunidades indígenas?

Estamos en un periodo crítico, la pandemia multiplicó nuestras necesidades, no tenemos trabajo seguro, no tenemos ingresos y hay familias que pasan días sin comer, con eso la salud se debilita y el riesgo de contagio es mucho mayor, el vivir aislados hace todo más difícil. El gobierno no tiene un programa para contrarrestar esta problemática, nadie analiza la situación desde la visión de la cultura de los pueblos indígenas.

Las ollas populares nos salvan el día, deberíamos contar con políticas públicas que garanticen el derecho a la alimentación de los pueblos indígenas, pero no estamos visibles en el presupuesto que se está ejecutando.

No nos tienen en cuenta en el contexto de Covid-19, somos indígenas, de la clase más baja nos tratan, pero cuando necesitan el voto en las elecciones sí llevan nuestra cédula y nos llaman paraguayos, no hay igualdad, sí mucha discriminación.

La cuarentena pasamos sin ayuda del gobierno, no nos tocó subsidios y Tekoporã cada vez pone más exigencias para entregar su aporte monetario. En todo momento tratamos de manejarnos según nuestras costumbres, mantenemos nuestra cultura, el ambiente sano, porque sabemos bien que la alimentación orgánica es el futuro del planeta.

Creemos que en las comunidades indígenas no llegó todavía el contagio porque de alguna manera conservamos todavía los bosques nativos y tenemos mucho conocimiento de la medicina natural, lugares donde conseguir miel de abeja, monte para reproducir fruto, nosotros dependemos de la naturaleza. Cuando el gobierno habla nunca lo hace desde el interés de conservar nuestra cultura y la cosmovisión indígena. Vamos a tener salud si el medio ambiente está sano, si ocurre lo contrario vamos a enfermar, por eso exigimos el derecho a la tierra, de ahí parte nuestro reclamo histórico.

¿Quién es Bernarda Pesoa?

Bernarda Pesoa es artesana y lideresa del Pueblo Qom de Cerrito, Chaco paraguayo. Referente de la Organización Conamuri, es una conocida defensora de los derechos campesinos e indígenas y de las mujeres de Paraguay. Además, ejerce de educadora popular en su lengua materna (Qom), fue facilitadora de un programa de alfabetización para adultos mayores y formó parte del equipo de investigación sobre embarazo adolescente en cuatro pueblos indígenas.

EN CONTEXTO

Casos recientes

  • 28-01-2020. Adolescente de 14 años, violada y maniatada, abandonada en un predio de Asunción, integrante del Pueblo Mbya Guaraní, encontrada abusada sexualmente y maniatada en el microcentro de Asunción, encontrada en total estado de conmoción.
  • 03-02-2020. Adolescente de 16 años embarazada, María Dolores Paredes, del Pueblo Enxet Sur, falleció esperando una ambulancia más de 5 horas en la comunidad La Esperanza, distrito de Irala Martínez, departamento de Presidente Hayes.
  • 21-02-2020. Joven de 23 años encontrada muerta en el Parque Caballero de la ciudad capital. Carolina Espínola, del Pueblo Mbya Guaraní, comunidad Pakury Santa Librada, distrito de Jasy Kañy, departamento de Canindeyú. Supuesto suicidio.
  • 24-02-2020. Niña de 12 años, encontrada muerta en una bolsa en cercanías de la Terminal de Ómnibus de Asunción: Francisca Araujo Cáceres, de la comunidad Yvy Pora, Curuguaty, perteneciente al Pueblo Mbya Guaraní, fue estrangulada y abandonada, atada de pies y manos en una mochila.
  • 29-06-2020. Maricel, de 12 años, oriunda de la comunidad Manduviyu del distrito de Pirapó, perteneciente al pueblo Mbya Guaraní, fue encontrada en un maizal ubicado en la comunidad indígena Arroyo Corá, Km 21 del distrito de Capitán Meza (Itapúa). Fue abusada sexualmente y asesinada.