Nuestra compañera Cony Oviedo relata la experiencia de haber formado parte de la propuesta pedagógica del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST, Brasil) de Especialización de Estudios Latinoamericanos. Ella acaba de aprobar el curso con una tesis sobre el proceso de identificación feminista de la organización Conamuri.
Hace exactamente dos años y medio salimos de nuestros territorios con el compromiso de formarnos para contribuir con nuestras organizaciones, cada una, cada uno con sus sueños, lo que significa conocer nuevas personas, ser parte de la Escuela Nacional Florestán Fernandes (ENFF) y la posibilidad de acceder a la universidad, una propuesta que busca ser del pueblo y para el pueblo.More
Una gran mañana tuvo lugar hoy en el local de la Unidad de Salud Familiar de Arroyito, en la colonia Chacoré, distrito de Repatriación (Caaguazú). La feria de semillas nativas y criollas congregó a varios comités de base de la comunidad y los alrededores para celebrar la solidaridad y la agricultura campesina agroecológica.
Organizada por la Promoción Campesina Integral (Proci) y con el apoyo de Conamuri y la Asociación Tesãi Reka, formó también parte de la actividad un diálogo de saberes entre guardianas/es de las semillas y promotoras/es de salud comunitaria, de donde se consignó el compromiso de seguir promoviendo huertas medicinales demostrativas en las escuelas y otros espacios públicos.More
El pasado 4 de septiembre se realizó la asamblea ordinaria del Movimiento Agroecológico de América Latina y el Caribe (Maela), capítulo Paraguay. El encuentro tuvo lugar en el local de Ceard (Coordinadora de Empresas Asociativas Rurales Departamentales), en el barrio Santa Lucía de Cnel. Oviedo (Caaguazú).
Si bien el proceso en Paraguay quedó inactivo por unos años y no se cuenta aún con una coordinación consolidada, en el encuentro se habló de la historia de Maela, sus logros y desafíos a nivel continental, sus ejes de trabajo. Después de esto, y alimentado por el debate, prendió en el ánimo colectivo la necesidad de retomar la articulación en nuestro país para promover las acciones en este camino común.More
En el esperado mes de septiembre se preparan eventos donde convergerán guardianas/es de las semillas y productoras/es de la agricultura campesina para intercambiar y relacionarse, hermanados por el amor a la tierra y el trabajo con enfoque agroecológico.More
Desde la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas Conamuri manifestamos nuestra solidaridad con las y los huelguistas que se encuentran desde el 31 de julio asumiendo una medida de protesta que pone en riesgo sus vidas, pero que a la vez es la expresión supina del deseo de justicia y libertad para con el compañero presidente Lula da Silva.
Nos sumamos al reclamo de las compañeras y los compañeros, integrantes de movimientos populares de Brasil, dirigido al Supremo Tribunal Federal, convencidas de que el encarcelamiento de Lula forma parte de una macabra red tejida por la oligarquía para frenar su regreso a la presidencia del Brasil.
Desde Paraguay extendemos nuestro abrazo solidario al pueblo brasileño que quiere decidir su destino de emancipación lejos de la mafia incrustada en la estructura de los poderes fácticos. La historia paraguaya contemporánea también está dolida por la existencia de presos políticos, presos de conciencia y presos de la Reforma Agraria, que han tenido que ceder el bien más valioso de un ser humano después de la vida, que es su libertad, por no doblegar su espíritu ni dejar que nada haga mella sobre sus convicciones políticas.
En esta mala hora de la historia de Latinoamérica, donde hay presos por luchar, donde hay asesinato impune de dirigentes políticos, necesitamos fortalecer la solidaridad internacionalista para hacer frente a la criminalización de las luchas sociales.
La Escuela de Mujeres «India Juliana» es una apuesta política y formativa de la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas Conamuri y continúa su proceso de afianzamiento iniciado en el mes de marzo. En forma mensual, las compañeras indígenas llegan desde diferentes puntos del país para encontrarse en Asunción. Allí, durante dos días, intercambian experiencias e ideas y profundizan la situación que se da en los territorios, aparte de aprender formación política teórica, lo cual aporta en la construcción del perfil de mujeres que lideran procesos emancipadores desde sus comunidades.
La Escuela es un espacio pedagógico y de autoconocimiento donde convergen mujeres de distintas generaciones y pueblos indígenas de ambas regiones del Paraguay. Su nombre representa un homenaje a la India Juliana, que es tenida como una referente histórica de los movimientos de mujeres en el sentido de oponerse a la represión y el autoritarismo generado por el sistema patriarcal.
Algunos testimonios de las participantes
Anita Barreto, Comunidad Tekojoja del Pueblo Ava Guaraní (distrito de Yasy Kañy, Canindeyú).
«Para mí es muy buena la Escuela porque como jóvenes indígenas pasamos mucha violencia y no sabemos que es así. Muchas no éramos conscientes de la violencia que pasamos en la comunidad y en la Escuela aprendemos a identificar estas situaciones, aparte de tener una idea de dónde denunciar. Muchos casos de violencia pasamos las mujeres del campo que nadie ve, se normaliza y entonces no hay intervención de las autoridades. Aquí superamos la timidez para hablar, muchas veces tenemos mucho para decir, pero no sabemos cómo. Yo antes sentía vergüenza para opinar, pero ahora hablo, comento, igual si me equivoco al menos lo he intentado.»
Digna Rojas, comunidad Rosarino del Pueblo Qom de Cerrito (Benjamín Aceval, Pdte. Hayes).
«La Escuela India Juliana es muy importante porque aquí aprendemos muchas cosas, también aprenden a través de mí mis hermanas en la comunidad, a conocer sus derechos como mujeres. Ya aprendí muchas cosas, pero todavía me falta aprender más. Nosotras empezamos a ser conscientes de las situaciones de violencia que se viven en la comunidad, un caso es el de una mujer a la que su marido le dice que no administra bien el dinero porque cuando cocina ella invita a toda su familia y eso a él no le gusta. Ahora sé que eso se llama violencia económica y cuando llegue a mi casa voy a explicar eso a las compañeras.»
Ángeles Centurión, Comunidad Vy’apavẽ del Pueblo Pãi Tavyterã (Azote’y, Concepción).
«Esta Escuela es para fortalecernos porque muchas no conocemos nuestros derechos. En la comunidad se vive mucha violencia y desde esta Escuela aprendemos a ver los casos. Aquí yo veo a otros pueblos hermanos, veo sus costumbres y su cultura, su forma de vivir y de pensar. Me pone contenta saber que hay otras mujeres luchando por lo mismo. La unión hace la fuerza, dice el refrán. Es bueno conocer lo que ellas quieren y juntar con lo que nosotras queremos. Nuestro desafío es cambiar el ánimo y la actitud de la juventud, mostrarles las realidad y no solo lo que nos meten en la cabeza. Me gusta mucho aprovechar los conocimientos que adquirimos en la Escuela para mejorar.»
Lina López, Comunidad El Estribo del Pueblo Enxet Sur (Tte. Irala Fernández, Pdte. Hayes).
«Siempre vengo a la Escuela India Juliana porque me interesa escuchar lo que dicen las compañeras. Venimos a formarnos y a seguir adelante para aprender más cosas importantes para la vida y el futuro. Vemos que el trabajo está prendiendo en cada pueblo. Sobre la violencia, es importante que las autoridades nos escuchen porque realmente hay muchos maltratos, embarazos adolescentes y otras preocupaciones en la comunidad, no se cumplen los derechos de las mujeres indígenas. Me gustaría que el año que viene se extienda la invitación a otros pueblos indígenas para ser cada vez más.»
Intervención de nuestra compañera Ceferina Guerrero, una de las fundadoras históricas de Conamuri, oriunda de Repatriación (Caaguazú), en el panel: «Nuestras semillas nos hacen libres», que se realizó en el marco de la feria «Heñói Jey Paraguay», 3 y 4 de agosto de 2018, en Asunción.
Más del 60 % de nuestro distrito [Repatriación] ya nos están quitando los sojeros. Yo estoy en una comunidad donde hay 150 casas; hace dos años mi hijo, que es ingeniero agrónomo, hizo un levantamiento de datos de las semillas nativas y encontró que tenemos 74 clases de ellas en nuestra comunidad. Ahora ya no estamos seguros porque hay más gente alquilando y vendiendo sus tierras; de hombres y mujeres que ya no pueden trabajar ese es su modo de subsistencia, alquilan o venden sus tierras.
Ahora las mujeres hacen el intercambio de semillas, nos juntamos y vemos qué le puedo dar yo y qué me pueden dar ellas. Lo que ellas no tienen yo les doy, y ellas me dan lo que yo no tengo. Mi casa es una referencia de Conamuri en Repatriación, hasta allí llegan personas de Europa, Estados Unidos y estudiantes que quieren saber cómo vivo yo, cómo sobrevivo en mi casa, y muchos estudiantes lloran porque, dicen, soy muy pobre. Ellos me ven como una mendiga y yo no me siento así. Estoy orgullosa de mi casa por ser un rancho campesino y ahí tengo demasiadas clases de semillas que me sirven para alimentarme.
Pero ahora escuché a este señor [Miguel Lovera] muy inteligente diciendo que se van a privatizar nuestras semillas, y me pregunto qué va a pasar de nosotros. ¿Qué es lo que vamos a dejar para el futuro? ¿Cómo podremos hacer que se conserven las semillas nativas y criollas del Paraguay? Para eso, Conamuri tiene una casa allá en Repatriación que se llama «Semilla Róga» y ahí se juntan las diferentes especies de semillas, de manera que intercambiemos las semillas entre los varios departamentos. Hace 22 días hicimos la feria de intercambio. Y se da y se recibe, se recibe y se da. No hay quien compre o venda, sino que intercambiamos lo que tenemos para recibir lo que no tenemos. Hay que custodiar nuestras semillas para tener qué comer.
De la tierra se extraen semillas y nos las devuelven envasadas, enlatadas, empaquetadas y con una marca. Llenas de veneno vuelven a nosotros. En mi casa tengo una huerta porque mi hijo me ayuda. No usamos veneno ni para las plantas ni para el suelo, solo usamos un preparado hecho de hierbas medicinales y nos rinde muy bien. Y eso es algo que admiran los estudiantes que vienen desde otras regiones y países. Hasta hoy seguimos así, mañana no sabemos qué va a pasar. Entonces tenemos que dejar a nuestros hijos un pedazo de tierra y semillas autóctonas, como dijo un señor, en las semillas está un corazón ajeno.
Resulta que tenemos demasiadas semillas nativas de diferentes especies, diferentes colores, diferentes variedades. Y yo puedo decir con propiedad que nosotros los campesinos podemos hacer eso posible, alimentar sanamente a la gente de la ciudad, porque nuestro trabajo no utiliza venenos, aunque no haya muchos que trabajen de esta forma, solamente quienes se insertan a las diferentes organizaciones que hay en nuestro país que se dedican a evitar que el veneno llegue a nuestra alimentación.
Las organizaciones son muy importantes, yo integro organizaciones campesinas desde hace 27 años, conozco a mucha gente y ya identifiqué a muchos a quienes siempre veo en este tipo de encuentros. Ojalá nos veamos también el año que viene para intercambiar semillas e ideas entre hombres, mujeres, jóvenes, porque se está vendiendo a pedazos nuestro país, porque no estamos del todo unidos para evitar eso.
Nuestro país está en peligro, para los pobres ya no hay casi nada. Eso tenemos que tener en cuenta y ser celosos de lo que construimos, tenemos que capacitarnos para saber guardar nuestras semillas, sus tiempos, su manejo, cómo conservarlas para que nos duren hasta volver a sembrarlas. Eso es lo que hace Conamuri en los diferentes departamentos donde hay mujeres que trabajan en comités, por eso estoy muy contenta y agradezco la invitación de mis compañeras. Las compañeras indígenas que integran Conamuri saben muchas cosas gracias a las mujeres campesinas, y también nosotras tenemos de ellas la sabiduría con la que cuidan su territorio, su cultura, su alimentación. Y así aprendemos juntas muchas cosas.
Dejamos pasar las horas por cautela. También pasaron los días, a ver si algo no nos despertaba del sueño casi imposible. Mil veces nos pellizcamos, en sentido figurado, sobre todo conociendo el estado de cosas en Paraguay. No dábamos crédito a lo que se decía. Rumiamos, reflexionamos a lo peripatético. A una semana de la anulación de la sentencia del Caso Curuguaty, queremos expresar nuestra inmensa felicidad y celebrar la liberación de los compañeros Néstor Castro, Arnaldo Quintana, Luis Olmedo y Rubén Villalba.
Imposible no hacer memoria en estos días. Al momento en que se conoció la infame trama que se urdía en el ex predio de la Marina, en Curuguaty (Canindeyú), desde Conamuri y CLOC-Vía Campesina Paraguay nos constituimos en el lugar con una brigada de observadores y observadoras de derechos humanos. En esas horas confusas nacieron lazos de solidaridad y compromiso con la verdad al abrigo de la indignación y la injusticia, lazos que continuaron hasta el presente con la instalación de la consigna “Tierra, Justicia y Libertad”, asumida con profunda tristeza por los hechos que se desarrollaban ante nuestros ojos.More
En el predio de la Asociación Oñoirũ en el distrito de Edelira (Itapúa) tuvo lugar el 18 de julio el tercer módulo del taller para facilitadoras y facilitadores ambientales que impulsa la Alianza por el Cumplimiento Local de Leyes Ambientales.
El señor Ireneo Vega, poblador de la zona y concejal municipal, conversó con el Prof. Rolando Molinas en la radio Ñe’ê Roky 91.3 FM, y explicó que el encuentro desarrollado en horas de la mañana estuvo dirigido a organizaciones de base y funcionarios que puedan hacer el seguimiento local de la defensa del medioambiente a través del conocimiento y la aplicación de la legislación correspondiente. En ese sentido, participaron varios comités de base de distritos aledaños como Itapúa Poty, María Auxiliadora, Alto Verá, entre otros.More
La jornada del 17 de julio fue de fiesta en la comunidad de Pirapey (Dpto. Itapúa), específicamente en la finca de don Alfonso Maidana, uno de los pioneros guardianes de semillas. En dicho predio tuvo lugar la feria e intercambio de semillas nativas y criollas de la Asociación de Productores San José, que se viene realizando desde el año 2012.
En el Km 56 – 2° Línea, lugar del encuentro, estuvieron presentes el intendente de Edelira e Itapúa Poty, también concejales de ambos distritos, referentes de zonas aledañas, representantes de la Pastoral Social y de la ONG Sobrevivencia, organizaciones campesinas, entre ellas, una de Brasil y otra de Bolivia, y los comités de base de Conamuri y de la Asociación Oñoirũ.More