24 años de Conamuri: rojoajúma ha roho tenonde

Comunicado

La Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas Conamuri, en su 24 aniversario, hoy, en el Día de la Mujer Trabajadora Rural, y en la víspera del Día de la Soberanía Alimentaria, se dirige a las mujeres campesinas e indígenas de todo el país, a las mujeres trabajadoras de la ciudad, a las organizaciones aliadas, a la ciudadanía en general y a las autoridades nacionales para expresar cuanto sigue:

Celebramos estos años de caminar juntas entre mujeres provenientes del campo, años de aprendizajes profundos, de apoyo mutuo, de solidaridad inmensa, de escucha atenta y de oportunidad de crecimiento como personas con derechos, y también de compartir fiestas y alegrías.

Derechos de las mujeres campesinas e indígenas

El habernos encontrado, el habernos escuchado nos ha hecho comprender que tenemos los mismos derechos que el resto de las personas, y con ello hemos podido levantar nuestras voces para exigir el cumplimiento de esos derechos, como el de una vida libre de violencia y el de participar de manera protagónica en todos los ámbitos de la vida privada y pública, el de que nuestro trabajo sea reconocido y valorado. Abordar estos temas nos ha transformado en “sujetas políticas”, con memoria y con sueños por los que seguimos en lucha. En ese sentido, demandamos el cumplimiento de las obligaciones del Estado hacia una sociedad libre de violencia, a través de la educación integral de la sexualidad y la atención efectiva en los casos de violencia.

Agroecología

Cuando nos encontramos las mujeres campesinas e indígenas ya hemos visto que el contexto en que nosotras somos, producimos y reproducimos, determina también las condiciones de nuestras vidas, por eso planteamos otro modelo de producción; ante el agronegocio planteamos agricultura agroecológica y partimos del cuidado de las semillas nativas y criollas. Reivindicamos que la agroecología es la solución para nuestros problemas de hambre, de nutrición, de enfriar el ambiente y aportar a la mitigación de los efectos del cambio climático. Exigimos que se promueva la formación agroecológica como una opción laboral para la juventud y las mujeres, así como el apoyo financiero y técnico para la implementación de procesos productivos agroecológicos y de transición, la derogación de la resolución del MAG que habilita el uso comercial del trigo HB4 e insistimos en el control efectivo de la legislación ambiental.

Ferias y mercaditos campesinos

Estos espacios, aunque pequeños, contribuyen a la economía familiar y a la autonomía de las mujeres campesinas e indígenas y nos permiten el fortalecimiento de la relación cercana campo-ciudad. Reclamamos políticas públicas que consoliden estos mercados de cercanía.

Feminismo

Nuestra organización ha tomado el feminismo como una herramienta de lucha por la igualdad entre hombres y mujeres. Consideramos que sus postulados revelan las diversas opresiones que sufrimos y en el entorno que nos hallamos reconocemos cómo se acentúan las desigualdades por causa del patriarcado. A su vez, nos permite plantear mecanismos de rupturas con el machismo, comenzando desde la casa, la organización, la comunidad y la sociedad toda. Politizamos nuestras cocinas, nuestras chacras, nuestras camas, nuestros montes, nuestros ríos, por ello decimos que nuestro feminismo tiene identidad, es un feminismo campesino, indígena, popular, es un feminismo revolucionario. Buscamos nuestro lugar en la historia en cuanto mujeres campesinas e indígenas. Ya no aceptamos integrar espacios colectivos solo para redactar actas y cocinar, queremos que nuestras voces se escuchen fuerte y claro. Entendemos cada una de nuestras realidades y nos reconocemos capaces de organizar nuestros liderazgos y hacer que nuestra palabra sea tenida en cuenta. De la misma forma, demandamos políticas públicas que atiendan nuestros derechos sexuales y reproductivos en territorio y el cumplimiento de la Constitución Nacional en cuanto a principios de convivencia social, tolerancia y derechos humanos.

En este nuevo aniversario de la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas Conamuri, que en 24 años ha tocado la vida y la consciencia de miles de mujeres del campo en nuestro país, seguimos construyendo resistencia, transformación y solidaridad de clase. Celebramos con alegría casi un cuarto de siglo de lucha incansable en varios distritos del país, en ambas márgenes del río Paraguay y, en este proceso, reflexionamos sobre nuestras conquistas, desafíos y compromisos permanentes en la búsqueda de un mundo más justo y equitativo.

Las mujeres campesinas e indígenas hemos contribuido de manera significativa al fortalecimiento de la lucha feminista en nuestro país. La fuerza que nos anima es la defensa de nuestros territorios e identidad como personas del campo, la promoción de la soberanía alimentaria y de la igualdad de oportunidades en todos los aspectos de la sociedad. Seguimos trabajando arduamente para interpelar las injusticias incrustadas en las raíces del modelo hegemónico y aportar en la construcción de otro mundo posible.

Sin embargo, a pesar de nuestros esfuerzos, enfrentamos desafíos crecientes, como el aumento de los feminicidios y la violencia de género, la trata de personas y la desaparición de mujeres. También observamos con gran preocupación los desalojos ilegales, perpetrados con extrema violencia y represión en la lucha por la tierra que enfrentan muchas familias campesinas e indígenas en la búsqueda de su derecho a la tierra y la vivienda digna.

En nuestro continuo combate contra el modelo de producción capitalista y el extractivismo que se instala en nuestro territorio, encaramos la opresión, el patriarcado, el racismo y el pensamiento colonialista. A lo largo de estos años, hemos construido una sólida coordinación entre campesinas e indígenas, llevando adelante nuestras demandas, acciones y organización. Nuestra práctica no es solo teórica, sino que se basa en la construcción de la soberanía alimentaria, reconociendo el papel fundamental de las mujeres y fortaleciendo nuestra visión común a medida que avanzamos como clase trabajadora.

En este aniversario, también expresamos nuestra solidaridad con el pueblo de Palestina, que sufre un genocidio propiciado por el sionismo y el Estado terrorista de Israel. Cientos de miles de mujeres y niños han perdido la vida, y quienes sobreviven han quedado desnudos ante un enemigo implacable que, pese a todo, no ha sabido eliminar la identidad del pueblo palestino y sus raíces, y nos unimos a ellos en su lucha por la justicia, la paz y la reparación histórica.

Conamuri es un testimonio de resiliencia, la fuerza y la determinación de todas las mujeres que, unidas ante las adversidades, tejemos el sueño colectivo de un futuro mejor. 24 años atrás, 300 mujeres dieron inicio a este transitar y estamparon el anhelo de constituir una organización de género, clase y etnia que todavía sigue el camino de su utopía.

Ñambojoaju jepytaso, teko pyahu ha jekupytyrã kuñanguéra apytépe!